Las impresoras 3D han revolucionado el mundo de la impresión hasta el punto de poder crear objetos enormes a partir de piezas creadas por este tipo de impresoras. Justamente esto es lo que hizo Piotr Krzyczkowski, quien ha diseñado y fabricado su propia motocicleta eléctrica Falectra a partir de la impresión 3D.
Con este innovador método, Krzyczkowski ha reducido por 7 los costes que supone diseñar y producir desde cero una moto de estas características, algo que sin duda puede poner en alerta a todos los fabricantes que producen a gran escala.
Falectra es una marca de motocicletas electricas creadas por el joven diseñador polaco Piotr Krzyczkowski. Él quería ofrecer a los habitantes de su ciudad una solución de transporte cómoda, económica y más respetuosa con el medio ambiente. Para convencer a diferentes inversores, diseñó un primer prototipo con ayuda de la impresión en 3D, especialmente con las máquinas de deposición fundida, de la también marca polaca Zortrax. Un proyecto que aparentemente atrajo a más de uno desde que Piotr obtuvo todos los fondos necesarios para embarcarse en la aventura. Los primeros modelos de su motocicletas estarán en las carreteras en 2020.
Hace unos meses, Sculpteo publicó su estudio anual sobre el uso de la fabricación aditiva por parte de diferentes profesionales. El estudio reveló que el 63% de los participantes imprimen piezas en 3D como prototipo de una pieza, así, verifican los diseños e ideas que esperan convertir en piezas finales. Una solución que permite fabricar múltiples iteraciones simplemente corrigiendo el modelo 3D en lugar de rehacer todo el molde, por ejemplo. El joven diseñador polaco finalmente no es tan diferente: ha utilizado varios métodos de producción, incluida la impresión 3D, para desarrollar el prototipo funcional de su motocicleta eléctrica Falectra que pudo presentar a sus futuros inversores.
Desarrollo de la motocicleta Falectra
La motocicleta eléctrica Falectra se desarrolló en dos etapas. La primera fue finalizar la idea, patentarla y obtener ciertos fondos; un proceso que duró 2 años. El segundo paso implicó la creación de un prototipo funcional en una escala para poder mostrar un modelo físico, un punto crucial en el mundo de la movilidad electrónica. Piotr Krzyczkowski agrega: «Solo un proyecto virtual ya no es suficiente para socios e inversores. Teníamos que mostrar un prototipo totalmente funcional. Sin embargo, el mero hecho de crear paneles laminados que forman el cuerpo del vehículo habría costado entre 150,000 y 200,000 PLN (€ 38,000 a € 50,000), lo cual estaba muy por encima de nuestro presupuesto. Aquí es donde empezamos a pensar en la impresión 3D. Gracias a nuestra cooperación con Zortrax, las piezas necesarias para ensamblar el prototipo se han creado en sus impresoras. Todo el proceso costó casi siete veces menos y pudimos mostrarle al mundo una motocicleta funcional «.