Breca

El CEO de Breca Healthcare, José Manuel Baena, posa con un cráneo impreso en 3D

Llevamos unos años leyendo las maravillas que nos va a aportar la impresión 3D pero su impacto real en nuestra salud, por ejemplo, lo forman todavía sólo anécdotas. Sin embargo, los esfuerzos de quienes han creído en la fabricación aditiva desde sus inicios empiezan a ver sus frutos y, poco a poco, con la tecnología lista y mucha pedagogía, se hacen un hueco en el mercado.

Es el caso de BRECA Health Care, empresa granadina que va a alcanzar un primer hito al conseguir que una pieza impresa en tres dimensiones se utilice para hacer una reconstrucción facial de la órbita y parte del arco cigomático del cráneo. La empresa todavía no puede revelar los detalles pero antes de que finalice el año un centro hospitalario va a acoger esta intervención, que se promocionará una vez pasado el postoperatorio. «Cuando empezamos había miedo a la tecnología pero presentando documentación y evidencias hemos conseguido que se certifique», dice José Manuel Baena, CEO de BRECA Health Care, sobre la licencia de la Unión Europea recibida recientemente.

Baena considera que en la start up son «meros prestadores de servicios para los médicos», es decir, los facultativos pueden ahora dirigirse a esta empresa formada esencialmente por ingenieros y pedir lo que quieren hacer y no podían con tecnologías estándares. «Los traumatólogos son nuestros ojos y no hacemos nada si no es mano a mano con ellos», insiste Baena, quien admite que el expertise de quienes constituyen BRECA Health Care es en lo tecnológico.

Tras el caso de esta primera reconstrucción compleja con impresión 3D, vendrá la fase de ventas de sus prótesis personalizadas realizadas en titanio. «Lo bueno es que no sólo podemos personalizar la apariencia externa sino también la interna», apunta Baena, quien elogia la posibilidad de crear estructuras malladas porque permiten «fomentar el crecimiento óseo y la integración».

BRECA Health Care se encuentra ahora en proceso de convalidar la licencia de impresión 3D de prótesis -que permiten además una mayor aproximación a la fisionomía real y que pueden imprimirse imitando el espesor del hueso y por lo tanto mejorando su resistencia- en otros países y tienen la mirada puesta especialmente en Latinoamérica, donde ya cuentan con representantes en Colombia, Ecuador, Panamá, Chile y un asociado en México.

La fabricación aditiva permitecrear estructuras malladas que fomentan el crecimiento óseo

La empresa, que estuvo presente en Biospain con una ponencia sobre sus avances, espera facturar este año entre 100.000 y 200.000 euros gracias esencialmente a los proyectos de ingeniería con los que ayudan a centros sanitarios o grupos de investigación al hacer para ellos prototipos y medical devices como: implantes, dispositivos para rehabilitación y un tomógrafo para hacer tomografías con ultrasonidos en ambientes sumergidos.

Pero la empresa no sólo pretende innovar en la actualidad. Ya trabaja en lo que para ellos es el futuro de la medicina, la bioimpresión 3D de tejidos biológicos habiendo desarrollado un sistema pionero para bioimpresión de cartílago. En este área, su modelo de negocio pasa ahora también por una nueva fase en la que van a ayudar a quienes lideren las terapias celulares. «No queremos inventar el coche sino la llave inglesa para montarlo», define gráficamente el CEO en referencia a la maquinaria y el software para bioimpresión 3D de tejidos que han desarrollado para impulsar a los investigadores y permitirles que pasen del 2D al 3D en sus investigaciones. Se trata de una máquina que permite controlar los parámetros del entorno y bioimprimir con varios materiales, ya sean sólidos o geles. «Queremos ayudar a quien no tiene financiación para montarse un sistema de bioimpresión o para contratar a un grupo de ingenieros que se lo desarrollen y acompañarlos adaptando si es necesario la máquina a nuevos tejidos y condiciones», explica.

Los primeros beneficiados por esta ayuda serán los grupos de investigación en terapias avanzadas de la Universidad de Granada con quien colabora activamente Baena, quien recuerda que «queda bastante» para poder imprimir un órgano en 3D pero confía que su lema keep calm and back to the lab acabe por dar frutos en forma de futuros implantes de tejidos y órganos bioimprimidos en 3D.

Vía www.elmundo.es