Llevamos unos años leyendo las maravillas que nos va a aportar la impresión 3D pero su impacto real en nuestra salud, por ejemplo, lo forman todavía sólo anécdotas. Sin embargo, los esfuerzos de quienes han creído en la fabricación aditiva desde sus inicios empiezan a ver sus frutos y, poco a poco, con la tecnología lista y mucha pedagogía, se hacen un hueco en el mercado.
Un grupo de investigadores de la Universidad Técnica de Luisiana, en Estados Unidos, han desarrollado un innovador método que permite usar una impresora 3D doméstica para fabricar implantes médicos personalizados conteniendo fármacos que son liberados en el organismo de forma gradual, incluyendo tratamientos quimioterapéuticos.
Esto funciona así, empezamos a pensar y seguimos pensando, hasta que se convierte en algo demasiado aburrido o demasiado grande en nuestras mentes, momento en el que empezamos a dudar de nuestras capacidades, o nos asustamos por si alguien se aprovecha de «Mi idea genial!». Si tienes suerte y consigues salir de tus inhibiciones e inseguridades iniciales
Los grandes diseñadores de productos diseñan grandes experiencias. Aunque pueda parecer contradictorio, un enfoque útil en el diseño de un producto físico es considerarlo como una serie de experiencias.